Junta y Ayuntamiento empiezan a trabajar en la nueva ubicación de la estación de autobuses de Loja

La Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Loja acaban de firmar un protocolo para reactivar un proyecto que estaba paralizado desde el año 2010, cuando el consistorio firmó un acuerdo con la administración autonómica para realizar la estación de autobuses en Los Pinos. La obra, con proyecto de obras redactado y adjudicado en 2011 por 795.242 euros, nunca se ejecutó. Además, tras el recurso contencioso-administrativo de CpL en 2009, en 2016 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía anuló la resolución de la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta por la que el Ayuntamiento de Loja podía recalificar 6.200 metros de suelo situado en el paraje de Los Pinos para convertirlo en urbano y poder construir el apeadero de la ciudad. Así que la estación se quedó sin su ubicación inicial.

Una cadena de problemas que ahora podría llegar a su fin, si finalmente el terreno propuesto por el consistorio, en el Mantillo, forma parte del convenio de construcción de esta esperada infraestructura. Y es que Loja es la única cabecera de comarca de la provincia sin apeadero para autobuses y de las pocas ciudades medias del interior andaluz sin unas instalaciones para los viajeros de este tipo de transporte público.

Según el alcalde, Joaquín Camacho, el protocolo firmado ahora es «un punto de arranque para que el proyecto se haga realidad. Es de justicia», reconocía ante la consejera, Marifrán Carazo, que recordaba que en 2016 ya hubo un acuerdo plenario «para finalizar el convenio de 2010 y trabajar para acordar una nueva ubicación».

Tras rescindir el contrato con la empresa adjudicataria de aquel primer convenio, el Ayuntamiento ha propuesto a la Consejería de Fomento y la Dirección General de Movilidad un solar que «parece adecuado», aseguraba Carazo. El solar, aclaraba Camacho, está en el Mantillo en unos terrenos -ahora propiedad de la empresa municipal Emuviloja- que deberán pasar primero a ser patrimonio del Ayuntamiento. «Cumple las condiciones técnicas y nos parece que es una buena zona por su influencia hacia el casco histórico», recalcaba el regidor.

El protocolo es, en palabras de la consejera, «un compromiso de las dos partes para coordinarnos y poner en marcha este proyecto». Como el proyecto anterior no sirve, ahora tendrá que ser redactado uno nuevo y licitado. «Esperamos plantear partida presupuestaria en 2020», matizaba Carazo.

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