

Noelia Jiménez García
Loja
Lunes, 24 de agosto 2020, 00:25
Cuando un hotel se convierte en tu casa y sus trabajadores en tu familia, es difícil separar el negocio de las emociones, la ilusión, los recuerdos... Por eso, los Martín Arjona, propietarios del más que prestigioso Grupo Abades, no se lo han pensado dos veces para invertir varios millones de euros en reestrenar en su tierra natal 'El Mirador'. Su «hogar», su «casa» en Loja, como ellos mismos lo definen. Aquel establecimiento a pie de la antigua carretera nacional y de la Sierra de Loja nació en 1961 con la inversión familiar de 4 millones de pesetas de la época, una apuesta por aprovechar la estratégica situación de la ciudad como lugar de paso y parada y que supuso la mudanza del negocio que la familia tenía por aquel entonces en el centro de pueblo. Y ahora en parte vuelve como otra apuesta por lo local, por la oportunidad turística que ofrecen Loja y el Poniente con su patrimonio y buenas comunicaciones.
Ahora el hotel con 'alma' de los Martín –curiosamente el primero que hubo en la provincia con cuarto de baño en la habitación– está a punto de volver a abrir sus puertas después de dos años de obras y en un momento tan complejo como el actual. Los hermanos Antonio y Julián Martín aseguran que han afrontado este proyecto «»con muchísima ilusión». «El Mirador nació cuando el turismo se hacía un hueco en el panorama económico español y ahora vamos a hacerlo 'renacer' cuando el sector se encuentra en una encrucijada en la que volverá a convertirse en una poderosa industria», apuntan como anécdota. Para ellos El Mirador es el «espíritu» no sólo de la familia sino también de Abades, actualmente una de las empresas hosteleras más potentes del país, con 110 millones de facturación. «Desde los años 60 ha sido el negocio familiar por excelencia. También fue nuestro hogar y en él vivimos y aprendimos el oficio. Nuestros juegos de niños eran atender al negocio. A los clientes», comenta Antonio.
De aquellas primeras décadas del hotel y casa de los Martín, los hermanos detrás de esta gran empresa reviven ahora cientos de recuerdos. Y, a pocas semanas de la reinauguración, la emoción está a flor de piel. «Aún recuerdo cómo para bajar a almorzar o cenar, siempre tenías que arreglarte. Siempre había gente con nosotros. Los camareros, los clientes…», recuerda Inma. Y es que el hotel y el grupo Abades ha crecido con ellos. «Jugábamos aprendiendo lo que era el negocio», comenta Francisco Martín, el mayor de los hijos de Paco y Dolores, los fundadores del negocio. «Son nuestro ejemplo; nos inculcaron el respeto, el trabajo bien hecho y la disciplina», cuenta Julián, que tiene grabadas en su memoria esas tardes metido en la barra de la cafetería, ayudando a los trabajadores de 'El Mirador'. Y su 'alma' sigue intacta gracias a la reforma que está a punto de 'reiniciar' el que fuera el origen de Abades.
Cuando había un partido de fútbol, los autobuses paraban en el hotel y aquellos niños Martín tenían que atender el aparcamiento. «Se empezaba ordenando en sus cajas los cascos de las botellas y luego subías un 'escalafón' y empezabas a fregar platos y vasos», relata con una sonrisa Antonio, que tiene tan claro como sus hermanos que el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio han sido centrales para ver crecer el grupo.
«El personal del hotel era como de la familia y algunos camareros eran los cómplices de nuestras travesuras», rememora Ángeles, otra de las hermanas. «No sólo hicimos familia con los trabajadores sino también con los clientes, que paraban aquí siempre en sus viajes», apunta Mariló, que, como sus hermanos, destaca la riqueza que da estar en contacto con gentes de tantos lugares. Por eso, entre la devoción por su hogar y la obligación de convertirlo en un hotel moderno, se reinaugurará dentro de poco la que ha sido en cierto modo la 'escuela' del grupo Abades. «Si aquí aprendimos a descubrir lo que demandaba el cliente, es lógico que este negocio, pionero en su época, también se reconvierta. Para conservar el espíritu de El Mirador tenía que cambiar la forma para así preservar su fondo», considera Antonio.
Junto a sus hermanos, cuenta los días para reabrir el que ha sido su hogar durante tantos años. «Tenemos mucha ilusión. Ante estos retos, nos venimos arriba», reconoce sabiendo que 'El Mirador' siempre será la 'casa' de Abades. «Tanto es así que conserva una zona privada con los mismos elementos y estructura de nuestra casa de toda la vida. El Mirador es nuestro hogar», concluyen los Martín Arjona, orgullosos del negocio con el que empezó todo y que espera convertirse en el «epicentro de un plan que convertirá el Poniente granadino en un referente turístico». «El día que se inaugure podremos palpar hasta dónde podemos llegar en nuestra tierra, una auténtica 'milla de oro' para el turismo», pronostica Antonio.
Del hotel de la antigua carretera nacional que cruzaba Loja, 'El Mirador', la empresa de los Martín Arjona dio en los 90 el salto que, sin duda, marcó su crecimiento constante hasta hoy. Con motivo de la Expo 92 y la inauguración de la famosa autovía, emprendieron su primer área de servicio, también en Loja, su ciudad. Y lo hicieron con pies de plomo. Recorrieron Europa conociendo cómo funcionaban este tipo de negocios en las autopistas del continente y abrieron un establecimiento que se mantiene a día de hoy.
Las áreas de servicio han sido de hecho su primera línea de negocio exitosa hasta contar en la actualidad con once, repartidas entre Andalucía, Murcia y Extremadura. La gestión de un revolucionario concepto de descanso en ruta, junto a la del restaurante Paco Martín de la Carrera de la Virgen, dio paso en las dos últimas décadas a nuevos negocios: seis restaurantes, ocho hoteles de ciudad, dos servicios de catering, seis tipos de tiendas de productos gourmet, diez gasolineras y concesiones como los catering de diversos hospitales y aeropuertos o las franquicias de Burger King, que está incorporando en muchas de sus áreas de servicio. El resultado: 1.500 empleados, 63 establecimientos y 4.700 eventos en marcha.
En medio siglo, Grupo Abades ha logrado posicionarse como una de las empresas de hostelería y servicios más importante de España y, sin duda, es referente del sector en Andalucía, donde puede presumir de ser el único gran grupo empresarial hostelero con capital 100% andaluz. Y, más en concreto, lojeño y granadino. Además, su consolidación ha ido en paralelo a su continuo apego a lo local, a sus raíces lojeñas. De hecho, los servicios centrales del grupo siguen estando en Loja, donde Abades genera una importante cantidad de puestos de trabajo, y la empresa es una de las principales patrocinadoras de diversos eventos y clubes deportivos.
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