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Momento de una sesión con escolares. FOTOS: AYUNTAMIENTO DE LOS PUEBLOS DE MOCLÍN
Un proyecto piloto empieza a divulgar en Moclín las pinturas rupestres de Malalmuerzo

Un proyecto piloto empieza a divulgar en Moclín las pinturas rupestres de Malalmuerzo

Patrimonio histórico en el Poniente Granadino ·

Las concejalías de Cultura y Educación del Ayuntamiento han iniciado con escolares visitas didácticas a las galerías no restringidas, donde se ha reproducido a pequeña escala parte de lo encontrado en esta importante cavidad del Paleolítico

n.j.g.

Moclín

Viernes, 24 de noviembre 2017

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La cueva de Malalmuerzo, en Moclín, es un tesoro prehistórico único en la provincia. Atesora elementos del Neolítico de gran valor, pero sobre todo alberga pinturas del Paleolítico que hasta ahora no se han visto en ningún otro punto de Granada y en pocos de la región. Actualmente continúa en fase de estudio y desde hace algo más de un año está protegida por el Consistorio, para evitar expolios y deterioros. Pero el Ayuntamiento de los Pueblos de Moclín quiere contribuir a su divulgación mediante sesiones didácticas 'in situ', lo más cerca posible del lugar donde sucedió todo hace miles de años. Se trata de un proyecto piloto que, iniciado con los escolares del municipio, se pretende ofertar a centros educativos y grupos que quieran conocer algunos de los muchos detalles de esta espectacular cavidad. En una sala amplia, anterior a las zonas propiamente arqueológicas -restringidas para su protección-, se han habilitado paneles explicativos sobre la historia de la cueva, descubierta hace tres décadas, y sobre todo los últimos hallazgos realizados a raíz de la excavación arqueológica en febrero de 2016. "Todos los resultados se los contamos de forma didáctica y divertida, para que sepan cómo vivieron esas personas que habitaron la cueva hace 20.000 años", explica José Manuel Fernández, profesor de Historia que coordina las primeras visitas estos días.

En las galerías donde está permitido el paso se les cuenta cómo vivían, qué cocinaban, cómo trabajaban, qué labores hacían los niños y las niñas, qué papel tenían las mujeres y los hombres, e incluso se les proporcionan datos genéticos. "Les impacta mucho saber de un hombre que vivió aquí y dejó un diente. Hemos seguido su rastro por el ADN y resulta que ese hombre pertenece a la misma raza de los indios americanos. Esos datos les impactan mucho", comenta Fernández, que dirige la actividad organizada desde las concejalías de Cultura y Educación del Ayuntamiento moclineño.

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Reproducción a pequeña escala

En esa misma sala hay una pequeña galería donde se han reproducido a pequeña escala las pinturas rupestres de la cueva. "No tienen que entrar para nada y al mismo tiempo la van conociendo", comentan. Como la estancia es circular, entran en grupos de cinco y participan en la busqueda e identificación de determinadas figuras que previamente han conocido en la charla. "Lo pasan bomba; tienen que entrar de rodillas y se sumergen en la historia que hay detrás de esta espectacular cueva", cuenta el concejal de Educación Mario Costela.

El Ayuntamiento de Moclín quiere sobre todo divulgar y proteger su patrimonio. "Para valorar nuestra historia y proteger nuestro patrimonio hay que conocerlo, y en eso estamos", cuenta por su parte el concejal de Cultura, Marco Pérez. Y es que los escolares están siendo los primeros en aprender cómo eran sus antepasados y qué valioso es el patrimonio de su pueblo. En su visita a las cavidades no restringidas conocen detalles como qué les alumbraba. "El 90% de los restos de carbono de aparecen son de sabina. Utilizaban esa madera para alumbrarse y también unos candiles de grasa de animal", cuenta el profesor de Historia que les acompaña en la sesión. Usaban para tener luz una piedra cóncava de travertino y la grasa de un animal. "Eran muy selectivos. Utilizaban madera de sabina porque da poco humo, tiene gran poder calorífico y huele muy bien. Conocían la naturaleza infinitamente más que nosotros", les explica Fernández.

Hay que tener en cuenta que en sólo siete centímetros de excavación se dataron en el último estudio a través del polen tres cambios climáticos. Por eso, los escolares ahora y después los próximos visitantes que se vayan acercando aprenden cómo era entonces el pueblo, que ya hace miles de años era un lugar privilegiado, así como cuál era el paisaje, la flora y la fauna que había entonces.

La cueva destaca por el hallazgo de pequeñas salas divididas por coladas y columnas estalagmíticas, en las cuales se representan los símbolos y figuras animales de época Solutrense, del Paleolítico Superior. También hay una amplia sala donde se han hallado los materiales arqueológicos del Neolítico Antiguo y Medio (cerámicas cardiales, impresas y lisas, fuentes de borde engrosado y orzas de grandes dimensiones). Según los expertos del IAPH, la cueva conoció también ocupaciones esporádicas durante la Edad del Cobre y del Bronce.

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