Con motivo de su 170 Aniversario, la Benemérita celebra en Loja sus actos conmemorativos, este año marcado por la figura del impulsor del cuerpo, el lojeño Ramón Mª Narváez. Por eso los pequeños pudieron ver y tocar todos los medios que usan los agentes. Entre los momentos más aplaudidos, la detección de explosivos y droga que hicieron tres de los perros-policía de la Unidad Canina y la desactivación de una mochila-bomba a cargo del robot 'Miura' –que debe su nombre a las grandes pinzas 'cuernos' con las que manipula el artefacto–.
Durante sesiones de una hora y media, más de 50 especialistas intervinieron en escenas tan complicadas como la simulación del rescate de una persona en una montaña, para posteriormente deslizarla por una tirolina y evacuarla a una zona más segura. Además de la parte puramente visual, los niños pudieron visitar diferentes stands de los grupos operativos de la Guardia Civil: Desactivación de Explosivos, Seprona, Policía Judicial, Tráfico y Salvamento de Montaña. "Este tipo de exhibiciones forma parte de nuestro Plan Director con los centros educativos y es una buena forma de dar a conocer la Guardia Civil y hacerla más cercana", ha indicado por su parte, Javier Cerrato, Comandante de Personal y Apoyo en Granada.
"Donde más disfrutan es con los perros y montándose en las motos. Poner la sirena, subirse en los vehículos... sentirse 'guardia civil' por unos minutos en definitiva", admitía López. "Lo que más me han gustado son los vehículos", decía entusiasmado Airam Romero, alumno de 9 años del Colegio Caminillo. "A mí, las motos. Sí, las motos", aseguraba más que convencido Isidro Raya, un alumno de 10 años del Elena Martín Vivaldi.
Independientemente del despliegue material que se dio cita en el Estadio lojeño -entre los casi 5 millones de euros en que está valorado el helicóptero y los 300.000 euros que cuesta el Miura–, lo que destacó ayer fueron las personas que hay detrás. "Los Guardia Civiles no dejamos de ser eso, personas con familias e hijos, padres de alumnos como los que tenemos aquí. Sin ese material humano, no hubiéramos cumplido 170 años", apostillan Cerrato y López.