Un siglo y media vida leyendo IDEAL

Un siglo y media vida leyendo IDEAL
  • De Sabadell, de Huesca, de Ventorros de San José y, por supuesto de Loja. La familia cercana de Antonio Guerrero Núñez quiso acompañarlo el pasado domingo en un día muy especial: su cumpleaños número 100. Un siglo de vida de este peón caminero, que luchó en la Guerra Civil en su juventud y ha visto momentos clave en la historia de España y del mundo, en gran parte a través de las páginas de IDEAL.

"Todos los días, después de desayunar, leo el IDEAL", nos dice tímido, como él siempre ha sido según cuentan los que lo conocen.

Antonio Guerrero es soltero y ha vivido gran parte de su vida, desde que sus padres emigraron a Cataluña, con su sobrina, María Cáceres, a cuyos hijos -Emilio y Juan Quintana- en cierto modo ha criado. "Como mi madre estaba en la cocina de bar, él pasaba mucho tiempo con nosotros, nos llevaba y recogía del colegio, siempre ha estado ahí", destaca Emilio Quintana, uno de sus sobrino-nietos que ha tenido en él "la figura de un abuelo", asegura.

El "tito Antonio", como todos lo conocen en la familia, "no puede pasar sin su periódico. Se le puede olvidar recoger el pan, pero el periódico IDEAL que no le falte", dice su sobrina María. De su boca sólo salen palabras de bondad para definir a su tío, "una persona buena como pocas, siempre dispuesta a todo, siempre generosa. Ni discusiones, ni problemas. Un trozo de pan, y por eso es tan importante para toda la familia", dice emocionada María, su sobrina, con quien vive desde hace casi cincuenta años. Para soplar ese gran número 100 de su tarta estaban más de 50 familiares, entre ellos sus quince sobrino-nietos y sus dos hermanos que aún viven, María y Rafael, otro ejemplo de longevidad bien llevada con sus 90 años largos.

Como buen y fiel lector de IDEAL, "se puede pasar toda la mañana leyendo el periódico, a su ritmo, pero le encanta", comentan los que conviven con él. "Lo que más me gusta es leer cosas de Loja, pero también lo que le pasa a la gente", le conseguimos arrancar en su timidez. Un siglo que pocos pueden contar y que Antonio ha vivido con sencillez y serenidad, ejerciendo de cómplice de sus sobrinos cuando empezaban a "echar sus primeros cigarros" o llegaban más tarde de lo que su madre quería, y dedicándole todo el tiempo del mundo a aquello que les gustaba hacer a Emilio y Juan, sus 'nietos' en la práctica. Desde aquí ¡Feliz cumpleaños!